El uso obligatorio de la mascarilla y el mantenimiento de las distancias por la situación pandémica, están provocando consecuencias negativas para la salud de la laringe, especialmente, en profesionales cuya herramienta principal de trabajo es la voz y que precisan de la mascarilla para el desempeño de su actividad. Esto sin olvidar el incremento de la fatiga debido al esfuerzo añadido para la comunicación.
La mascarilla produce diferentes limitaciones, respiratorias para producir el sonido de la voz y elevar su intensidad, acústicas porque actúa como filtro del sonido y expresivas al privar a la comunicación del elemento gestual-expresivo que proporciona una información implícita fundamental.
Colectivos como los profesores que desempeñan su tarea en este momento de manera presencial, inevitablemente, necesitan elevar el volumen y forzar su laringe mucho más de lo habitual para producir la voz. Este problema se incrementa, aún más, cuando el auditorio es ruidoso, como en las aulas de los primeros años de la escolaridad. Además, nos encontramos con que las autoridades sanitarias recomiendan una buena ventilación en las aulas y por lo tanto, frecuentemente, las ventanas y puertas deben estar abiertas para facilitar la corriente de aire, con lo que el ambiente es todavía más ruidoso.
Un esfuerzo de voz continuado acarrea generalmente problemas importantes en nuestra laringe, que pueden llegar incluso al daño orgánico y a cuadros de disfonía recurrente.
El cuidado de la laringe es posiblemente la asignatura pendiente en la formación de los profesores. Sería muy interesante que en su formación académica estuviera incluido el aprendizaje de técnicas básicas para aprender a proteger su “instrumento” de trabajo. La técnica vocal y el conocimiento de las pautas de higiene vocal ahorrarían muchos malos momentos a los profesores y no sólo eso, sino que, además, las bajas laborales, frecuentes en este colectivo debido al uso abusivo de la voz, con toda seguridad disminuirían.
En este sentido, es fundamental reconocer los signos de fatiga vocal o cambios en la voz que se producen cuando hablamos y realizar los cuidados que resultan imprescindibles para mantener en una voz saludable
Signos de fatiga vocal
- Habla monótona
- Tono medio hablado desplazado ya sea hacia los graves o a los agudos
- Reducción del control de la intensidad de voz
- Reducción de la proyección vocal
- Reducido control en la cualidad de la voz
- Reducción del brillo de la voz, ronquera
- Voz soplada
- Garganta apretada, tensión en la zona superior del cuerpo
- Garganta seca
- Odinofonía (dolor al hablar)
- Quiebras vocales
- Tensión cervical
- Necesidad de carraspear. Necesidad de tragar (sensación de moco, globo)
- Temblor en la voz
Evitar:
- Gritar, chillar
- Uso de la voz susurrada
- Uso del ataque vocal duro
- Cantar con una técnica inadecuada o en un medio adverso
- Hablar a intensidades muy altas
- Hablar en lugares ruidosos
- Abuso del alcohol (sustancia irritante para la mucosa faringo-laríngea)
- Tabaquismo
- Ingesta de alimentos irritantes (picantes, fritos) o cualquier hábito alimenticio favorecedor o potenciador de reflujo laringofaríngeo
- Escasa hidratación
Aplicar:
- Hidratación frecuente: es recomendable beber, al menos. litro y medio de líquido al día.
- Lubrificación: hidratar directamente las cuerdas vocales y mucosa laríngea mediante la inspiración de aire a través de una gasa mojada en agua o suero fisiológico durante unos minutos antes de tener que hablar un rato prolongado.
- Reposo vocal: hablar lo imprescindible fuera de las horas de docencia.
- Calentamiento vocal previo a las clases, con ejercicios sencillos de mantenimiento de sonidos monocordes y pequeñas escalas haciendo sonidos vibrantes (puede ser una “pedorreta” mantenida, el sonido de una moto “rrrr” mantenida…)
Por último (no son la solución total, pero ayudan mucho) en el mercado existe una gran variedad de amplificadores de voz inalámbricos, parecidos a los que llevan los guías turísticos para hacerse oír durante las visitas guiadas. Estos dispositivos electrónicos, están provistos de un micrófono incorporado y un altavoz portátil que permite al docente colocarlos donde le resulte más cómodo para dar la clase.
Una buena técnica vocal nos puede ayudar mucho a mantener nuestro instrumento vocal sano y en perfectas condiciones para enfrentarnos al uso de la voz en la situación actual, nada cómoda, derivada de la obligatoriedad del uso de mascarillas y pantallas faciales.
Los logopedas, especialistas en este campo, nos pueden enseñar en un tiempo breve cómo conseguirlo. Nuestra laringe lo agradecerá.
Mar Becher es Logopeda y Psicóloga del Centro de Rehabilitación CRL
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